Historia del Pueblo de Israel.


 Historia del pueblo de Israel

Los israelitas descendían de una familia originaria de la ciudad mesopotámica de Ur, en la región de Caldea. El patriarca de esta familia era un hombre llamado Abraham.  Abraham se trasladaría a la ciudad de Harrán (sureste de Anatolia). Desde esta ciudad Abraham y su familia marcharían a la tierra de Canaán, donde se acabarían estableciendo.

Periodo patriarcal

Es la etapa fundacional del pueblo de Israel. Debieron de existir muchos patriarcas, pero tan solo conocemos por las fuentes bíblicas los nombres de Abraham, Isaac, Jacob y José. Isaac y Jacob eran descendientes directos de Abraham. No existe prueba arqueológica de que todos ellos existieran realmente, aunque si que hay indicios para apoyar el desarrollo de un largo periodo patriarcal.

Estancia y éxodo de Egipto

Los descendientes de Abraham emigraron a Egipto a comienzos del siglo XVII a.c. Según el libro del Éxodo permanecieron 430 años, durante los cuales se consolidaron como pueblo. Para librarse de la opresión egipcia fueron guiados por Moisés, hacía la " Tierra Prometida", en la segunda mitad del siglo XIII a.c. Al retornar a Canaán los israelitas estaban divididos en tribus.

Las Doce Tribus

La formación del pueblo de Israel se produjo en torno al siglo XII a.c, mediante la unificación paulatina de doce tribus. Esta confederación de tribus carecía de gobierno central, de administración y de capital. Esto era debido al carácter nómada de los israelitas. Por tanto, cada tribu gozaba de gran autonomía.
Guiados por Josué, hermano de Moisés, las tribus israelitas se apoderaron de gran parte de las ciudades-Estado cananeas. Cuando todavía no se habían apoderado de todo el país, los filisteos tomaron algunas comarcas marítimas. En el momento que las tribus israelitas conquistaron los territorios cananeos, echaron suertes para decidir que espacios territoriales ocupaba cada tribu.

Periodo de los Jueces

Debido a que las tribus israelitas se gobernaban de manera algo desorganizada, se hizo necesario nombrar a un "jefe" en cada tribu de Israel. Este líder tribal era al mismo tiempo juez y jefe militar. Aunque esta figura no tenía ninguna autoridad jurídica. Eran más bien héroes locales. La autoridad suprema de cada tribu recaía en los jefes de las familias que componían la tribu. Por otra parte había un Consejo de Ancianos. Los jueces más conocidos , de entre los doce que recoge la Biblia, fueron: Gedeón de la tribu de Manases y Sansón de la tribu de Dan. Sansón derrotaría a los filisteos pero no acabó por completo con ellos. Sansón también es célebre por su legendaria fuerza, que le proporcionaba su larga melena.
Los enfrentamientos entre filisteos e israelitas fueron constantes. El punto culminante de estos conflictos fue la batalla de Afec. Tras derrotar a los israelitas en dicha batalla, los filisteos robaron el Arca de la Alianza al pueblo de Israel. Esto provocaría numerosos desastres y epidemias en el pueblo filisteo. Los filisteos acabarían devolviendo el arca al comprobar el enorme poder del misterioso objeto sagrado.

Monarquía israelita

Los israelitas decidieron hacer frente a los filisteos mediante la instauración de un rey. La elección del monarca fue llevaba a cabo por el juez y profeta Samuel. El primer rey fue Saúl (1030-1010 a.c) pero fue derrotado por los filisteos. Su hijo Jonatán también sería derrocado por estos. Los israelitas  se reunieron y eligieron a David, que había luchado a las ordenes de Saúl. David logró dominar a los filisteos y consiguió controlar a los reinos arameos de Hamat y Damasco. Además se apoderó de la ciudad cananea de Jerusalén, haciéndola su capital. David pasaría a la historia por derrotar  al gigante filisteo Goliat, con tan solo una simple  honda de lanzar piedras. Lamentablemente los restos arqueológicos sobre David son muy escasos. En la estela de Tel Dan se menciona la "Casa de David" en una inscripción. Esta sería la primera  mención del rey David fuera de la Biblia. A David le sucedió su hijo Salomón (970-931 a.c). Con él se asentó la administración  del reino y además se impulsó el comercio. Durante su reinado no hubo guerras. El hecho más significativo de su reinado fue la construcción del Palacio Real y la del Templo de Jerusalén. Salomón fue un rey sabio con numerosos relatos legendarios. Una de estas leyendas hace referencia a una extraña mesa que mandó construir. La famosa Mesa de Salomón fue robada por los  romanos cuando destruyeron el templo de Jerusalén. Posteriormente caería en manos de los godos cuando estos invadieron Roma en el 410 d.c. Hay algunos relatos que afirman que que la Mesa de Salomón está escondida en Toledo, la capital del antiguo reino visigodo de Hispania.

Monarquía dividida

Tras la muerte de Salomón, la mayor parte de los israelitas no reconocieron como rey a su hijo Roboam. Proclamaron en su lugar a Jeroboam I, que fue reconocido por diez de las tribus. Se iniciaba así un periodo de "Cisma" en la monarquía israelita. El territorio se dividió en dos reinos: al norte el Reino de Israel (israelitas), con capital en Sisquen y luego en Tissa. Al sur el Reino de de Judá con capital en Jerusalén, cuyos súbditos fueron llamados judíos. El Reino de Judá mantuvo la herencia religiosa israelita, sin embargo el Reino de Israel traicionó las tradiciones religiosas israelitas.
El Reino de Israel duró desde la muerte de Salomón (931a.c) hasta el año 722 a.c. Israel tuvo que hacer frente a conflictos internos y luchas contra egipcios, arameos y filisteos. De sus 19 reyes, los más significativos fueron Jeroboam I, Omri y su hijo Acab. En el año 722 a.c, el reino quedaría disuelto tras la destrucción de Samaría  por el asirio Sargón II. Israel quedaría convertido en provincia asiria. 
El  Reino de Judá, con 20 monarcas se vio envuelto en diferentes luchas contra el reino del norte.

Dominación de asirios, persas y macedonios

Para hacer frente a los israelitas, Judá pidió ayuda a los asirios y se hizo súbdito de Asiria. Tras un periodo de dominación asiria, tuvo lugar la conquista y destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor II. Este rey llevó a los judíos cautivos a Babilonia, donde vivieron hasta el año 586 a.c. En el año 539 a.c, tras la conquista del imperio neo-babilónico por Ciro II, los territorios de Palestina pasarían a ser parte del Imperio Persa. Tras una reorganización religiosa y política, liderada por Nehemías y Esdras (445-443a.c), Palestina quedaría bajo dominio de Alejandro Magno  en el 332 a.c. Cuando Alejandro Magno murió, el territorio quedó controlado por la dinastía helenística de los seleúcidas.

Restauración asmonea

En el año 168 a.c. se produjo la Rebelión de los Asmoneos contra el dominio seleúcida. Este movimiento de resistencia fue continuado por Judas Macabeo, que acabaría derrotando a los seleúcidas en el año 142 a.c. En el año 140 a.c se instauraría el Reinado de los Asmoneos. Es en este momento cuando se constituyen los tres célebres grupos religiosos del judaísmo: Saduceos, Esenios y Fariseos. Siendo estos últimos los que jugaran un papel fundamental en el proceso judicial contra Jesucristo.

Dominación romana

En el año 63 a.c comienza la dominación romana; Judea, Samaria, la decápolis y las villas de la costa mediterránea se añadieron a la provincia romana de Siria. Tras la muerte de Julio César, Marco Antonio nombró a Herodes El Grande tetrarca de Judea. Entre los años 39-34 a.c Herodes exterminó a los asmoneos con el apoyo de las legiones romanas y se adueñó del reino. Tras la muerte de Herodes El Grande, el reino se dividió entre sus dos hijos: Arquelao recibió Judea, Samaria e Idurea. Aunque finalmente sería destituido por Roma y sustituido por el gobernador Poncio Pilatos. Por otra parte Herodes Antipas gobernó Galilea y Perea. Este monarca fue el que ordenó decapitar al profeta Juan El Bautista.



Pedro Martín Gormedino



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